Al estudio de las ciencias siempre se le ha dado una gran importancia. En la antigüedad, había muchos eruditos que se dedicaban por completo al estudio de las ciencias, tenemos a los filósofos griegos para los cuales la física era una parte importante de la filosofía, cuyo máximo exponente podríamos decir que fue la física de Aristóteles. Por otro lado, tenemos a la alquimia, que se la puede considerar como la precursora de la química que hoy conocemos y que abarca cerca de cuatro milenios y tres continentes. Cabe remarcar que la química como ciencia no es aceptada hasta la publicación de la obra The Sceptical Chymist (1661) por el científico británico Robert Boyle, mientras que a la física ya en el mundo antiguo se la consideraba una rama de la filosofía.
Gracias a los avances que la física y la química han experimentado con el paso de los años podemos disfrutar hoy en día de una calidad de vida que nada tiene que ver con la de hace algunos años, además también del gran desarrollo tecnológico que hemos sufrido y que nos permite vivir como vivimos. De ahí la gran importancia de la física y la química en la sociedad actual, si queremos mantener nuestra calidad de vida y seguir descubriendo nuevas cosas que nos la faciliten hay que educar a los escolares desde pequeños en ambas ciencias para que sepan darle la importancia que tienen.
En España, la educación tanto en física como en química, ha ido cobrando importancia con el paso de los años. La primera ley de educación fue la ley de instrucción pública o ley Moyano del 9 de septiembre de 1857, en la cual se regulaban los niveles educativos del Sistema. En la primera enseñanza superior se daban unas nociones generales de física, y en la segunda enseñanza se daban elementos de física y química. Una de las seis facultades que había era la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales pero para poder matricularte era necesario el título de Bachiller en Artes.
Esta ley estuvo vigente durante más de 100 años durante los cuales fue matizada por la aprobación de distintas leyes. La segunda ley de educación fue la ley general de educación o de Villar Palasí en 1970. En el tercer ciclo de la educación general básica (EGB) se impartía la asignatura Ciencias Naturales correspondiéndose a las nociones acerca del mundo físico, mecánico y matemático. En el bachillerato unificado polivalente (BUP) dentro de las materias comunes del área de las ciencias matemáticas y de la naturaleza se impartía física y química. Por último, al hacer el curso de orientación universitaria (COU) tenías la opción de ciencias que te permitiría entrar a las facultades de ciencias.
Este sistema educativo fue sustituido progresivamente por el de la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE) de 1990. Como yo estudie con la LOGSE puedo hablar desde mi experiencia personal, durante los seis años de la EGB dábamos una asignatura llamada Conocimiento del medio social y natural en el que nos enseñaban, entre otras cosas algunos fenómenos físicos, luego durante la educación secundaria obligatoria (ESO) dábamos en primero y segundo ciencias de la naturaleza en la que estudiábamos física y química junto con las otras ciencias, posteriormente en tercero, cuarto y 1º de bachillerato teníamos la asignatura de física y química y en 2º de bachillerato nos la separaban en dos asignaturas optativas: física y química.
Actualmente está en vigor la Ley Orgánica de Educación (LOE) desde 2006. Básicamente se imparten las mismas asignaturas que en la LOGSE salvo que en 1º de bachillerato se imparte como materia común ciencias para el mundo contemporáneo, una asignatura que me parece muy apropiada para el mundo en que vivimos, ya que se en carga de explicar las bases científicas de muchas aplicaciones integradas en nuestra vida, bases que en la mayoría de los casos son fenómenos físicos y químicos, y de tratar temas científicos de actualidad tales como la ingeniería genética o los nuevos materiales.
Según datos del ministerio de Educación en los últimos 10 años no ha habido un gran incremento en la cantidad de alumnos que optan por el bachillerato científico, esta sobre el 37% ó 38% de los alumnos matriculados, la excepción esta en el curso 2008/09 que los alumnos aumentaron a un 45%, en cursos posteriores todavía no están las estadísticas pero sería esperanzador que se mantuviese ese porcentaje, ya que ello indicaría un mayor interés de los escolares por las ciencias respecto a años anteriores.
Considero de suma importancia que los escolares sean educados en los aspectos científicos que nos rodean, ya que eso les será de gran ayuda para su futuro, porque nuestra sociedad está sometida cada vez más a revoluciones científicas y tecnológicas que modifican nuestro modo de vida, por lo que es una necesidad que posean los conocimientos científicos y técnicos que les permitan comprender estos cambios y así se puedan adaptar mejor a la sociedad. Además, estos conocimientos también les sirven para poder tomar decisiones razonadas respecto a los graves problemas a los que se enfrenta la humanidad. Y por último, también cabe remarcar que al poseer una cierta base científica son menos proclives a dejarse engañar por las pseudociencias, tales como la astrología o la quiromancia por citar alguna.
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